Y en la noche no vienes
¿Cómo podre enfrentarme
perdido viajero a la sobra de la orfandad?
No temo ya a la vidaNi a la muerte
Ni me amenaza el riesgo de perderte
Llevo el sabor y aroma de tu tacto
Cada palabra que te digo
Quiero que sea un dardo azul
Un estallido proclamando
Tu nombre y apellido
Desde mi condición de prisionero
Que lo escuche
La orquídea y el jilguero
No todo, aquello que se va nos deja
Se va el tiempo
Y se quedan las horas eternas
El rió y el alma afligida
Su vació es la huella
De otra alma que se aleja...
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